En primer lugar, es necesario retomar una premisa ya hecha anteriormente: de la mano de la musical, en la década de 1950 asistimos a una revolución tecnológica que afectó la forma de escuchar música. Si en el pasado las bandas se establecian gracias a sus shows en vivo y luego llegaban a grabar discos para ampliar su popularidad, en la posguerra tenemos carreras musicales que comienzan y se desarrollan a partir de grabaciones de estudio. La interpretación en vivo es de importancia secundaria para el éxito de la venta y distribución de discos, la radio y la televisión.
Veamos cómo estos cambios en el panorama musical afectan el destino de dos artistas italianos excepcionales.
Modugno: el gran éxito pasa por la televisión
La carrera musical de Domenico Modugno ve un antes y un despues con en el Festival de San Remo de 1958: el primer autor y cantante en la historia del festival gana con «Nel blu dipinto di blu«, que se convierte en el éxito mundial más conocido con el nombre de «Volare«. Este disco escalará en el ranking mundial y colocará a Domenico Modugno en el olimpo de la música italiana; se le unirá poco después «Piove«, consagrando la originalidad de su forma de componer.
Tanto Marino Marini como Fred Buscaglione cubrirán las dos canciones, así como varios miles de músicos. Pero este éxito no debería haber sorprendido demasiado a Renato Carosone. Incluso antes de «Volare«, entre el 54 y el 57, se inspiró en el genio compositivo de Modugno, arreglando cuatro canciones a su manera: «La sveglietta«, «Io mammeta e tu«, «La donna riccia» y “Lazzarella”.
Carosone se sintió cómodo reinterpretando los textos en dialecto de Modugno, los hizo suyos añadiendo todos los toques teatrales propios de su estilo: los ritmos latinos, las voces aceleradas, las imitaciones de Gegè y la ironía siempre como marco.
Durante los conciertos de Los Carosones siempre damos espacio a dos o tres canciones de Domenico Modugno, con una particularidad: preferimos composiciones menos famosas pero igualmente bellas a sus éxitos más reconocibles. Es el caso de «Pasqualino Marajà«, pieza que se sitúa a raíz de los retratos árabes a la «Caravan Petrol«, o «Chella là» en la versión de Marino Marini. Y en memoria del vínculo artístico entre los dos, solemos tocar «La donna riccia» de Modugno con el arreglo de Carosone.
Mina, la joven diva del Twist italiano descubierta en el salón de baile
Si la onda musical de la Dolce Vita tuviera un ápice, el punto más alto, a partir del cual comienza el descenso, sería el Twist. Llegado a principios de la década de 1960, este género representó el punto de ruptura entre el viejo y el nuevo mundo que estaba a punto de llegar, el Rock & Roll.
Fue el género que mejor expresó las energías disruptivas de la generación nacida del Baby Boom, justo después del final de la Segunda Guerra Mundial y hasta finales de los años sesenta. Una música hecha para bailar, interpretada por jóvenes y para jóvenes. La artista que mejor representa esta revolución es sin duda Mina quien, aún muy joven, se convierte con su explosiva voz en el mejor ejemplo del nuevo estilo musical.
Hay una anécdota interesante sobre el inicio de su carrera, que casi marca un traspaso entre lo viejo y lo nuevo. Es la noche del 23 de septiembre de 1958, estamos en un salón de baile de la provincia de Cremona; Mina es todavia una niña que oculta su pasión por la música de sus padres mientras colabora con la banda local Happy Boys. Al final de la velada, con asombro generalizado, el público clamó por su bis, dejando boquiabiertos a los organizadores y a quienes debieron tocarlo: Natalino Otto y su esposa, Flo Sandon’s.
Acababa de nacer una nueva estrella.
En el concierto de Los Carosones queríamos homenajear a esta gran diva con “Tintarella di luna” y “Eclisse Twist”. Para no perderse nada, también hemos incluido un toque de Modugno en el cartel: “Selene”.